Jesucristo
me permitió estar contigo, conocerte y amarte.
Olvidaré los momentos a tu lado solo cuando Él lo disponga
Hoy me toca amarte y sufrir tu ausencia pero es porque Dios así lo
quiso.
Agradezco su inmerecida bondad por permitirme cruzarme en tu camino.
Ningún momento apartaré tus sonrisas de mi mente, quedarán guardadas en
mí
Adiós solo por esta noche te digo, mañana el sol y la esperanza volverán
a brillar.